Una de las funciones de un entrenador es preparar a su equipo para que juegue lo mejor posible contra el equipo rival, y en este contexto los entrenadores de los dos equipos son rivales. Sin embargo, existen muchos contextos en los cuales es ventajoso para los entrenadores compartir información y trabajar con otros entrenadores.

Cuando se entrena a un equipo representativo (regional o nacional), un entrenador trabaja con atletas que probablemente pasen más tiempo con otro equipo y otro entrenador. En esta situación, los dos entrenadores deberían analizar lo siguiente:

la carga de trabajo y el manejo de lesiones del jugador: ambos entrenadores deben hacer del bienestar del jugador la consideración más importante;
conflictos de horarios: ver si se pueden o no evitar; en caso de que no, buscar la mejor forma de manejarlo;
el rol del jugador en cada uno de los equipos: ver si existe una oportunidad a nivel del club de trabajar en las habilidades que se necesitan para el equipo representativo (si el rol del jugador es distinto en cada equipo);
el estado físico actual del jugador.

No es siempre posible evitar conflictos entre un equipo representativo y un equipo de club; sin embargo, si los entrenadores pueden hablar entre ellos, las diferencias al menos pueden comprenderse y minimizarse.

Existen también otras formas en que los entrenadores pueden trabajar juntos; por ejemplo:

compartiendo información sobre otros rivales;
compartiendo información sobre hospedaje, traslado u otra logística;
trabajando juntos en la programación de los partidos (ej.: partidos de pretemporada o de exhibición);
participando en clínicas de entrenamiento u otras actividades de capacitación y desarrollo;
analizando problemas frecuentes o presiones que enfrentan en su actividad de entrenamiento.

Por último, mantener una amistad con otros entrenadores proporciona un colega con quien uno puede analizar tendencias en el juego, diferentes enfoques tácticos en el partido y factores clave en desarrollo, entre muchas otras cosas.