Si bien no es necesario que los entrenadores tengan un conocimiento profundo de los deberes de los árbitros, es importante que el entrenador comprenda que uno de ellos es el de cubrir toda la cancha.

Así, es posible que miren diferentes lugares de la cancha en un momento determinado o que ambos se centren en un lugar diferente al que está mirando el entrenador.

En esta situación, el árbitro principal está centrado en los postes (y la zona (de tres segundos)) y el árbitro de cola está centrado en el balón, que está en la posición del ala.

Si el entrenador le pregunta al árbitro árbitro de cola sobre algo que ocurrió en el poste, es probable que ese árbitro no lo sepa, puesto que no es su zona de control.

Cuando hay tres árbitros, el árbitro central (posicionado cerca del entrenador) está a cargo de lo que ocurre lejos del balón, en su lado de la cancha.

Así, si el entrenador le pregunta al árbitro central qué ocurrió en el poste bajo del lado del balón o con el balón, es probable que el árbitro central no lo sepa.

Sobre todo, el entrenador debe tener en cuenta que está en una posición diferente a la del árbitro, de manera que tendrá una visión distinta de lo que ocurre en la cancha. Lo que pueda ver no sólo dependerá de dónde esté parado, sino también de la posición de los jugadores en la cancha, que puede dificultarle la visión.

Por lo tanto, es posible que el entrenador vea cosas que el árbitro no ve, así como que el árbitro vea cosas que el entrenador no ve. Tanto el entrenador como el árbitro tienen una tarea que cumplir, y deben apoyarse mutuamente.

La importancia del mecanismo

Los árbitros están entrenados para moverse de una manera específica por la cancha y este “mecanismo” (o reglas de movimiento) fue creado para garantizar lo siguiente:

que habrá un árbitro que pueda ver toda la acción que se esté produciendo en la cancha (ya sea con el balón o sin él); y
que el árbitro estará en la mejor posición para ver la acción y en particular para determinar:
quién causó el contacto; y
si los jugadores están en una posición legal o no.

El mecanismo sirve a modo de lineamientos para ayudar a los árbitros a desempeñar su papel y a hacerlo en conjunto con otros árbitros. Los árbitros deben tomar cientos de decisiones en cada partido, que abarcan no solo cuándo “tocar el silbato”, sino también cuándo permanecer en silencio. Controlan a los diez jugadores, moviéndose en un área relativamente pequeña de la cancha, a veces rápidamente y otras veces lentamente.

¡Cumplirán mejor su función si no tienen que lidiar al mismo tiempo con los entrenadores que les gritan en la línea lateral!